Un mes en Anse-à-Pitres

  • Parish of Notre-Dame de Lourdes in Ansapit
    Parroquia de Nuestra Señora de Lourdes en Anse-à-Pitres
  • A fishing neighborhood by the sea
    Un barrio de pescadores a la orilla del mar
  • RSCJ Community of Haiti; Rosa Vásquez, Maricruz Tigueros, Sofía Baranda and María del Valle Adame
    Comunidad RSCJ de Haití; Rosa Vásquez, Maricruz Tigueros, Sofía Baranda y María del Valle Adame
  • With Carmelita Santoyo of the Intercongregational Missionary Community (CIM)
    Abajo con Carmelita Santoyo, de la Comunidad Intercongregacional Misionera (CIM)
  • In front of the house where we live in Anse-à-Pitres
    Frente de la casa donde vivimosen Anse-à-Pitres
  • In Recif
    En Récif
  • At the seaside on the trip to Récif, with the Salesian and Carmelite Sisters, before the mass
    A la orilla del mar en el paseo a Récif, con las hermanas Salesianas y Carmelita, antes de la misa
  • Tutoring with pre-school children
    Refuerzo escolar con niños/as de preescolar
  • Anniversary celebration at Balan school
    Festejo del aniversario en la escuela de Balan

Llevamos un mes como comunidad viviendo en este lugar fronterizo, Anse-à-Pitres dentro de Haití, colindando con Pedernales del lado de la República Dominicana. Este mes coincide con el cierre de fronteras que se ha dado entre ambos países, desde el 15 de septiembre por parte del gobierno dominicano, y recientemente son las autoridades

haitianas que mantienen cerradas sus fronteras. Esta isla “Quisqueya”, como es su nombre autóctono, “La Española” como después fue llamada, es compartida por las dos naciones que tienen historia de fraternidad y lucha, conflictos y acuerdos que en este último tiempo se han intensificado. Para nosotras esto ha significado que no hemos podido cruzar para conseguir ciertos insumos, sobre todo alimenticios como carne y lácteos, como tampoco podemos salir para viajar a otro lugar. Valle que estaba en México en la reunión de ANAM y celebrando las fiestas patrias del país, tuvo que permanecer algunos días en Pedernales antes de poder regresar a Haití. El viernes 29 de septiembre con ayuda del patrocinio de San Miguel fue posible su reintegración a la comunidad.

Cada viernes vamos al mercado de la frontera, ahí podemos encontrar frutas como naranja, plátano y mango, así como distintas verduras, zapallo (calabaza), chayote (melitón), aguacate (palta), col (repollo), betabel (remolacha), berenjenas, además de papa, zanahoria, jitomate y cebolla. También rellenamos los garrafones de agua de la purificadora de la parroquia “Agua de Lourdes”, que es confiable - cabe decir que la Parroquia de Anse-à-Pitres está dedicada a Nuestra Señora de Lourdes. Por lo que tenemos la despensa y el refrigerador surtido, los huevos amablemente los surte Carmelita, de la Comunidad Intercongregacional Misionera, pues ella tiene gallinas ponedoras.

Nuestra comunidad se ha visto enriquecida con su presencia y apoyo, cada lunes viene a compartir el almuerzo con nosotras, además de que nos ha abierto la posibilidad de colaborar con la misión que desarrolla, en particular en el refuerzo escolar con niños y niñas de edad preescolar en el que Rosa lleva los grupos y Carmelita se encarga de los de Primaria o Fundamental. De martes a viernes hay muchos pequeños que acuden, pues de hecho no todos tienen la oportunidad de ir a alguna escuela, por lo que implica económicamente.

También la hemos acompañado a visitas a distintas familias y con un grupo de mujeres comerciantes con el que se reúne cada semana. Hemos estado en pláticas también con las hermanas Carmelitas que nos han recibido amablemente, ellas tienen un dispensario en el que tenemos la posibilidad de participar, en particular Valle como médica.

En este tiempo continuamos conociendo este pueblo grande, de casi 30 mil habitantes. Recorremos los caminos, vamos ubicando sus barrios y dónde conseguir distintas cosas, como pan o pescado. Por las tardes Sofía y Maricruz siguen con las clases de Kreyol (creol), ya tuvieron un primer test en el que fueron bien evaluadas al escrito y oral, pero se necesita mayor práctica en la comunicación.

Un espacio bonito de encuentro y contacto con la gente lo hemos tenido el día 1° de octubre que compartimos la celebración de Santa Teresita de Lisieux, en la comunidad de Récif (Arrecife), a la orilla del mar, a una hora aproximadamente de camino de aquí. Fuimos invitadas por las hermanas salesianas que nos llevaron en su camioneta. Allí dimos una vuelta por la playa y luego participamos en la misa de la fiesta patronal con el bautismo de 5 pequeños y un gran coro, duró toda la mañana. Después nos invitaron una comida típica muy rica: arroz con frijoles, pescado, plátano macho y ñame (tubérculo).

Desde acá hemos podido unirnos a distintas celebraciones a la distancia, como la misa en la Basílica de Nuestra Señora de Guadalupe por el 140 aniversario del Colegio de México; el 170 aniversario de la fundación de la Provincia de Chile; los primeros votos de Noemí Martínez (MEX) en la Sociedad del Sagrado Corazón. Es cierto que la señal de internet no siempre es del todo buena, a veces tenemos dificultades de conexión, sin embargo, hemos podido conectarnos a reuniones por Zoom; dos de ellas convocadas por ‘Fe y Alegría’ de los jesuitas, una a nivel internacional y otra para las congregaciones que llevan escuelas en Haití; también participamos en el pase de la reunión de ANAM con la Provincia de las Antillas, y hemos tenido un par de diálogos con miembros del Consejo General (Barbara y Bodo) y Soco. Maricruz se conectó en algún momento con quienes se reunieron en el encuentro de la Red de Educación Popular - JPIC en Santiago de Chile.

El tema de la electricidad está puesto en el presupuesto anual, el técnico ha venido y hemos visto los arreglos necesarios para que pueda ser funcional la luz eléctrica durante el día completo y no sólo mientras haya luz solar. También nos hemos reunido para elaborar nuestro proyecto comunitario teniendo de fondo el texto de las mujeres del alba que buscan al Señor y lo encuentran Resucitado.

Así que vamos caminando con lo que hay, atentas a la realidad de lo que va sucediendo en el país y en el mundo, cada tarde nos unimos en oración encomendando al Corazón de Jesús los pueblos que necesitan paz, pidiendo justicia y que cada vez se pueda vivir el Reino de amor, comunión y dignidad para toda la humanidad y la Creación.

Nos sentimos bendecidas por lo que vamos viviendo, acompañando a la escuela “Simón Bolívar” de Balan, animando a los responsables que llevan a cabo el proyecto educativo. Fue muy bueno que el viernes 13 de octubre festejaron el aniversario dela escuela y nos alegramos con ellos por lo que organizaron con la coordinación de Rosa y Valle.

Queremos seguirlos signos de los tiempos, en apertura para discernir lo que el Señor nos va mostrando y tomar las opciones que descubrimos conforme a su Voluntad.

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